Uno de los beneficios del ajedrez tanto para niños como para adultos es que nos ayuda a asumir que la derrota o el fracaso forma parte de la vida. Ante la adversidad no debemos derrumbarnos, sino asumir los errores, apreder de ellos y continuar luchando. Todos los niños que juegan al ajedrez deberían aprender que incluso los mejores jugadores del mundo tienen que pasar por torneos desastrosos y saber recuperarse.

Magnus Carlsen ha jugado en su propio país su peor torneo. Probablemente ni siquiera en los campeonatos de ajedrez que jugó cuando era niño debió sufrir un resultado tan opuesto a las espectativas lógicas. Pero seguro que sabrá reponerse, puesto que un gran campeón de ajedrez debe saber recuperarse ante el fracaso.

Su mal torneo sirvió para dar algunas alegrías a sus rivales. Topalov le ganaba por tiempo en la primera ronda, con posición perdida, y ese era el comienzo que lo llevaría hacia la victoria en el torneo. Anand le ganó convincentemente, lo que seguro que le dejaría un buen sabor de boca tras sus derrotas en los recientes duelos por el título mundial. Y Hammer, un talentoso joven noruego que ha visto un poco eclipsado su ascenso por la figura del héroe nacional, Magnus Carlsen, le vencía en la última ronda del torneo con buen juego.

Veamos esta última partida.

 

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