Dentro de las actividades o prácticas recomendables para los niños que juegan al ajedrez y los principiantes en general, puede estar el ajedrez a ciegas, aunque sería importante aclarar algunos detalles al respecto.

Jugar una partida de ajedrez a ciegas supone un esfuerzo considerable para los niños, del mismo modo que para los adultos, por lo que incluir alguna partida de ajedrez a ciegas en el entrenamiento puede resultar recomendable en el caso de que no se realice con excesiva frecuencia.

No tiene sentido incluir en el entrenamiento de los niños que estudian ajedrez estas prácticas hasta que no tengan un nivel medio o avanzado y un buen manejo del sistema de anotación algebraico. Si tienen un nivel muy básico es lógico imaginar que no consigan seguir una partida sin ver el tablero, algo que se consigue con la experiencia y el contacto habitual con el ajedrez, y que aun así tiene su dificultad. Por otra parte sin el dominio del sistema algebraico se producirían demasiadas confusiones como para poder llevar a cabo la actividad con éxito.

Existen algunas actividades que se pueden realizar en las que se practica el pensamiento y cálculo “a ciegas” y que serían adecuadas antes de incluir sesiones de partidas de ajedrez a ciegas. Una de ellas podría ser poner una posición en el tablero, un problema de táctica o un final, y dejar al alumno pensando un minuto en el tablero. Seguidamente quitar las piezas del tablero y que de ese modo el niño (o adulto) deba continuar pensando en la posición y tratando de resolver el problema táctico o final, pero sin poder ver la posición. Este es un ejercicio que cualquier puede realizar por sí mismo, y que resulta muy recomendable si se realiza con moderación.

Otra variable más avanzada consiste en proponer una posición sin que el alumno pueda ver en ningún momento el tablero, diciéndole dónde está cada pieza. Por razones obvias en este caso lo mejor es trabajar con finales, preferiblemente con muy pocas piezas.

Estas actividades pueden ayudar al alumno a mejorar en el cálculo de variantes y en la capacidad de “ver” las posiciones que se van a producir en el futuro en el tablero.

Como posible práctica con niños de edades más pequeñas y con nivel más o menos básico, sí puede ser recomendable “el juego de los colores” a ciegas. Se trata de preguntar al niño de qué color es cierta casilla del tablero sin que pueda verlo. Esto puede, además, ayudar a los niños a afianzar su manejo con el sistema de notación algebraico.

Pero no olvidemos nunca que el esfuerzo que se realiza en este tipo de ejercicios es considerable, y por tanto, no se debe abusar de su incorporación dentro de los métodos de entrenamiento con niños y jóvenes.

 

Comentarios   

+3 #1 Giovani Enriquez 23-11-2015 17:30
Sus aportes me sirvieron de gran ayuda. Ahora también puedo enseñar a mi hija de mejor manera y con un buen método. Le agradezco mucho por compartir sabiduría, no sabe a cuanta gente está ayudando.
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