Enseñar a jugar al ajedrez a los niños.
Muchas personas se preguntan cómo enseñar ajedrez a los niños. Hablamos por supuesto de padres o adultos que no se dedican a la enseñanza del ajedrez, pero que quieren enseñar las reglas del ajedrez y quizás los primeros conceptos importantes de nuestro juego a sus hijos, sobrinos, nietos...
Los monitores de ajedrez no siguen necesariamente el mismo método a la hora de dar clases de ajedrez a sus alumnos, sean niños o adultos. En este artículo nos vamos a centrar principalmente en cómo enseñar ajedrez a los niños, e incluso vamos a diferenciar por ciertos tramos de edades, ya que no será lo mismo enseñar ajedrez a niños muy pequeños, pongamos por ejemplo en edad preescolar, que a niños con más de 6 o 7 años. Por supuesto este artículo este artículo muestras mi visión personal y está especialmente dedicado a padres que quieren enseñar a jugar al ajedrez a sus hijos. En caso de que necesiten un libro o manual de ajedrez les recomendaría Curso Práctico de Ajedrez.
Enseñar ajedrez a niños pequeños.
Para empezar digamos que el ajedrez está siendo empleando con éxito en niños en edad preescolar. Hace poco ofrecíamos un artículo en el que hablábamos de la Innovación en el ajedrez en edad preescolar (preajedrez). Debemos tener en cuenta que el ajedrez con niños pequeños debe ser utilizado como una herramienta educativa. El objetivo. por tanto, no debería ser crear un gran campeón de ajedrez, sino utilizar nuestro juego como un elemento que sirva al niño para aprender y adquirir diferentes tipos de habilidades. El ajedrez puede ayudar al desarrollo intelectual y social de los niños pequeños.
En el caso de los niños en edad preescolar, el ajedrez debe ser presentado de manera muy visual. Estamos preparando un artículo sobre el tema para nuestra revista Capakhine, pero lo cierto es que no es ningún secreto que las experiencias que se han realizado hasta el momento con el ajedrez con niños en la etapa preescolar, requerían de un gran trabajo creativo e implicación por parte de los profesores. Canciones, cuentos, dibujos, la posibilidad de participar de manera activa e interactuar con elementos ajedrecísticos desde el primer momento, etc.
Enseñar ajedrez a niños a partir de 6 o 7 años.
A la hora de enseñar el ajedrez a niños de otras edades sí es cierto que podemos plantear algunas sugerencias que ayuden a los padres que quieren iniciar a sus hijos en nuestro juego.
Antes de comenzar es importante que los niños se familiaricen con el material que se usa en una partida, es decir, el tablero y las piezas. He visto como muchas personas trataban de iniciar al ajedrez a algún niño explicando el movimiento de las piezas en primer lugar. No olvidemos que lo primero debe ser presentar al niño-alumno los elementos del juego. Es importante explicar cómo se sitúa correctamente el tablero al inicio (escaque blanco a la derecha) y enseñar los primeros conceptos relacionados con el tablero (casillas, filas, columnas, diagonales, centro). Después estará bien enseñar al niño el nombre de cada una de las piezas del juego de ajedrez y dónde se sitúan al inicio de una partida. Todo esto puede ser suficiente para una primera clase. Es mejor no tratar de enseñar demasiadas cosas en cada clase, para que nuestro hijo o pequeño alumno pueda ir interiorizando bien cada idea. Además siempre es bueno que quede con ganas de más.
Las reglas del ajedrez se deben enseñar de manera progresiva, dando tiempo a los niños a asimilar cada uno de los movimientos de las piezas. Para ello es importante proponerle al niño juegos en los que practique el movimiento de cada pieza conforme vaya aprendiéndolo. En un futuro artículo trataremos de ofrecer distintos juegos de este tipo.
Una vez que el niño conozca el tablero y las piezas, cómo se sitúan y cómo se mueven y capturan, deberá aprender las otras reglas del juego del ajedrez, como el jaque, el mate, el ahogado, y los movimientos especiales que habremos dejado para el final: el enroque y la captura al paso.
El sistema de anotación algebraico puede ir enseñándose al mismo tiempo que se aprenden las reglas del ajedrez. Desde el momento en que, en la primera clase, mostremos el tablero y hablemos de las casillas, columnas, filas o diagonales, haremos referencia a las coordenadas del tablero de ajedrez. Puede venir bien, una vez que se han enseñado las reglas del juego del ajedrez, dedicar una clase a enseñar cómo leer o anotar una partida de ajedrez.
Cuando se han enseñado las reglas del ajedrez, hay que pasar a los primeros conceptos. El valor de las piezas es un tema peliagudo. Hay que hacer hincapié en que el valor de las piezas es relativo, y todo dependerá de cada situación en concreto. Después enseñaremos el valor numérico de cada pieza. 1 punto para el peón, 3 para el alfil y el caballo, 5 para la torre y 9 para la dama. Cuidado porque he visto muchos monitores de ajedrez que enseñan a los niños que la dama vale 10 puntos.
No estará mal enseñar los mates básicos (dos torres contra rey, dama contra rey, torre contra rey y finalmente dos alfiles contra rey). Esto le ayudará a entender el valor de las piezas mucho mejor.
Y sobre todo será fundamental dedicar muchas clases a solucionar posiciones de mate en 1. Por supuesto que más adelante habrá que compicarlo y poner ejercicios de mate en 2, pero en principio el niño se debe familiarizar con el mate, y para ello es bueno realizar muchísimos ejercicios.
En siguientes clases se tratarán teas más profundos. Las leyes fundamentales de la apertura (los suscriptores de la revista tienen acceso al pdf dedicado a este tema), primeros conceptos estratégicos (desarrollo, espacio, etc...). Seguramente cualquier padre que esté leyendo este artículo para enseñar el ajedrez a su hijo y ya se esté perdiendo un poco con esos conceptos, puede llevarlo a un club o escuela para que perfeccione su ajedrez en caso de que el niño se muestre interesado. No vamos a seguir avanzando porque el objetivo de enseñar a jugar al ajedrez a un niño ya se ha desarrollado a lo largo de todo el artículo, pero si voy a hacer una importantísima recomendación final:
Enseñar ajedrez a un niño, como seguramente enseñar cualquier otra cosa, debe significar sobre todo motivarlo y tratar de contagiarle nuestro entusiasmo.
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